La revolución enamora

El 15m me ha traído grandes placeres, y entre ellos el amor. Sí señores, señoras y alpargatas, el amor. De ese del que hablan las canciones ñoñas.

No entiendo muy bien como fue, era en una mani de algo contra algo. Convocada por alguna comisión o asamblea de barrio del 15m. Yo llevaba mi cartel que ponía ¡No! cortesía de Martin Sagrera, mi casco y antifaz, y a mi erizo sobre el hombro. Había intentado un par de veces inventarme lemas originales con rimas molonas, pero el silencio sutil de mis vecinas indicaba que sólo me habían hecho gracia a mí. Inventar lemas tampoco es lo mío.

Entonces le vi pasar, como en un sueño, destacaba entre la multitud perrofláutica con su ropa blanca y un extraño cacharro verde con antenitas al cual hablaba apresuradamente. Farfullaba cosas incomprensibles mientras correteaba incesante entre la gente y los fornidos y pétreos UIP’s. . ¿Quien era ese semidios surgido de twitter al que no podía dejar de mirar? Efectivamente, era Fanetin.

Fue amor a primera carcajada.

Fanetin Osborne

Y claro, era un marrón. Me acababa de enamorar, y aunque él todavía no sabía que yo existía  esas cosas de empezar relaciones y eso hay que pasarlas por la asamblea. Y yo me presenté en la Asamblea de Lavapiés con intención de consensuarlo. Tendría que explicar que lo nuestro no sería un amor romántico a lo Disney, machista y heteropatriarcal. Tendría que abrir mi corazón a la asamblea para que me lo consensuaran. Pero era el día que había que consensuar si nos haríamos veganos y aquel punto del orden del día quedó relegado. El tofu ganó al amor.

Con gran pesar, me acerqué a mi bar favorito, alguno con hucha amarilla de la asamblea. Y entre colacaos le conté en mi camarero-amigo mi problema. El camarero, con ese pragmatismo típico de los camareros me dijo: «Pues díselo».

Y eso hice. Le mandé un tuit amoroso a la par que ñoño.

Y desde entonces estamos prometidos, nuestro amor va más allá de la vida y la muerte. Yo le mando DM ñoños al tuilel donde le pongo #cuqui y #RositaDePitiminí. El escucha incesantemente «Mi novio es un zombie» de Alaska sin poder parar de pensar en mí. Eso es amor.

Preparados para la boda

Esta entrada ha sido publicada en Otras Giladas y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.