Vente a Lavapiés o un cuento sobre la gentrificación

En realidad esta entrada debería llamarse «La revitalización de Lavapiés a golpe de porra» o algo así. Y es que esta parece que es la última estrategia de los malos en esa desigual batalla que se mantiene desde hace años entre este singular barrio madrileño y las administraciones que quieren «normalizarlo». Pero seamos ordenadas, que si no esto ni es un cuento ni es na.

Estaba yo anoche tan tranquila, con la magdalena en una mano, peinando a mi erizo y poniendo los últimos twits antes de irme a la cama, cuando de pronto me llega esto:

No os pongo el enlace a la noticia para evitaros tirar el dinero en el estercolero de El País, pero vamos, no es difícil saber de dónde viene… joder, si hasta lo firma Barroso, mi autor de libelos preferido…

El caso es que pensé «vaya, la misma noticia que se repite cada tres meses los últimos quince años». Pero en realidad, la historia de la gentrificación de Lavapiés tiene matices, todos ellos llenos de conflictuaciones.

Todo empezó allá por el año 97 del pasado siglo, cuando las administraciones aprobaron un Plan de Rehabilitación para el barrio. Ya sabéis, arreglo de casas y de calles, regeneradores urbanos, infraestructuras… mucha pasta con un gran objetivo: poner Lavapiés en el mercado. Porque claro, en teoría neoliberal de primero ya se enseña que el mercado no solo te hará libre, sino que conseguirá hacer desaparecer a las que quieren ser demasiado libres o libres a su manera. Desde el principio esas gentes raras que habitaban por aquí ya les parecía que aquello no era muy bueno, pero a los pocos años ya sabían que el plan del Ayuntamiento era caca.

Muchos años duró ese plan «rehabilitador» y lo cierto es que la mayoría de vecinas y visitantes no daban un duro porque las pobres, las migrantes, las rebeldes y en general las «raras» lograsen aguantar. Pero hete aquí que lo consiguieron, y no solo eso, sino que hicieron que Lavapiés pasase de ser muy diverso, pero muy conservador, a ser un barrio muy muy rebelde.

Entonces nuestro querido Ayuntamiento cambió de idea. Si el formato clásico para desmontar y elitizar un barrio a base de «rehabilitación» no había funcionado, quizás el turismo y el comercio podrían funcionar. Era el 2005 más o menos, Gallardón, entonces alcalde de Madrid, estaba atontolinao con eso de la ciudad Marca, la puesta en marcha del Matadero, la cultura como matadero de vida… Y se inventaron el PERCU, cuyas siglas paso de aclarar pero que en lo referente a Lavapiés consistía, poco más o menos, en prolongar los ejes comerciales de Preciados y de Fuencarral, por Lavapiés, hasta las Rondas. Centros comerciales abiertos los llamaban ja ja ja, y pretendían, una vez más, barrer con lo feo. La cosa llegó a Tirso de Molina y la petaron de cachibaches y de flores, pero a Lavapiés no entraron, se lo impidieron las contundentes barricadas de chinos, entre otras cosas.

Y así han seguido, probando y probando, pero nada chica, que parece que esto no hay quien lo dome. Últimamente parece que ya pasan del buen rollo, ni rehabilitación, ni ciudad marca, ni puñetas, han vuelto al formato clásico de cuando papá Fraga decía aquello de la calle: porra y policía. Ya lo anunció la Cifu en junio, y un mes más tarde decía que el Plan iba que te mueres de bien, habían detenido a 80 delincuentes entre los que por supuesto contaban sin rubor a detenidos por «infracciones de la Ley de Extranjería», es decir, por nuestras redadas racistas de cada día.

Por aquel entonces quise ayudar a la Delegación de Gobierno, así que saqué mi propia campaña por el barrio.

Ya ves, hay gente que no me tomó en serio, pero yo lo que quería era echar una mano…

El caso es que ahora, por fin, llega el nuevo Plan, que seguro que se concreta en más policía, más desalojos, más redadas, más identificaciones y multas… Pero, ja ja ja, yo ya estaba preparada, y tengo mi propia contracampaña desgentrificadora. Seguro que ya la conocéis, pero os pongo una de las piezas:

Justo, Vente a Lavapiés #20L. El resto de la campaña la podéis ver aquí<–(sí, pinchando donde señala la flechita :)) Moverla por ahí, difundirla y sobre todo, veniros a Lavapiés primas, que aquí hay guerra.

 

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